BLOG DEL MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD

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viernes, 28 de agosto de 2009

Radiografia de un sueño.

-¿Cambiar el mundo, dices?

-Jamás renunciaré a esa idea.

-No seas iluso; el mundo siempre será el mismo. Llevamos miles de años repitiendo las mismas cosas y nadie escucha. Recuerda a André Gide: “Todo esta dicho, pero como nadie escucha, hay que repetirlo”. Por todos los lados reina la injusticia, el dolor, la mentira, el materialismo, la falta de valores, el individualismo y mil males más. Y luego nadie se guía por el bien ajeno, sino por el propio. Y lo mas jodido del caso es que tu lo sabes también de sobra. ¡Aceptalo de una vez…!

-Duras palabras son esas; me hiere tu sobrecarga de realidad.

-Sueña entonces si quieres; pero no te es práctico.

-¿De modo que tu crees que no es posible cambiar o ayudar a cambiar el mundo? ¿Qué me dices de Gandhi, Moises, Galileo, Buda, y el resto de grandes hombres que cambiaron el mundo?

-No es cierto: ellos pregonaron el amor y la generosidad, y tras su muerte, ¿crees que el mundo ahora es mejor? Cambiaron el curso de los acontecimientos: pero no cambiaron el corazón del ser humano.

-Hay menos ignorancia, la gente lee mas, sabe más; la ciencia avanza, y cada dia gana terreno a la ignorancia y a las supersticiones; el ser humano ha evolucionado.

-Eso no te lo crees ni tu. Hemos avanzado mucho en tecnología, en ciencia y en conocimientos, es cierto, pero…¿hemos ganado en bondad, en amor por nuestros semejantes?

-Me resisto a creer que no es así. Hay muy buena gente por ahí. Mucha, y más que mucha: muchísima.

-No estamos hablando de eso; sé que el ser humano es capaz de lo peor, pero también de lo mejor. Solo te estoy diciendo que mires a tu alrededor: date un simple paseo por la calle; contempla media hora de television un dia cualquiera; solo un telediario, por ejemplo. ¿Que ves? ¡Dolor y mas dolor!

-A veces una ciega aceptación de la realidad es mala, te sumerge en un mundo gris, oscuro, triste...

-¡Y soñar despierto te hace perder el contacto con la realidad! ¡Y si tienes los pies en el suelo entonces es peor aún, porque cuando compruebas la enorme distancia que existe entre lo que es y lo que debiera ser entonces sufres!

-Tan malo es un extremo como otro, ¿o no?

-Si; pero la vida, o el mundo si lo prefieres, es como es, no como tu quisieras que fuera. Prefiero pecar de exceso de realismo que no de lo contrario.

-Vamos a ver. Yo he cambiado, o mejor, puedo hacerlo. ¿si o no?

-Naturalmente.

-El mundo se compone de personas, no es un organismo autónomo e independiente a mi: ¡el mundo somos tu, yo, este y aquel…!. Si yo cambio o puedo cambiar, también el mundo puede cambiar…!

-¿Estas seguro?

-Totalmente.

-Te lo repetire de nuevo: Gandhi, Jesucristo, Buda, Confucio y otros grandes hombres que ya pasaron no han conseguido cambiar al ser humano: ¿Y lo vas a conseguir tu? ¡No me hagas reír! El problema, amigo, es que mucha gente no acepta esa idea, y es normal porque no tienen buen concepto del mundo, y ser bueno en un mundo malo es como ser una oveja en medio de lobos: nadie quiere hacerlo, toman sus precauciones y enseñan a sus hijos a que las tomen tambien. Y hacen muy bien.

-Si, pero debieran de pensar más, quizás meditar más las cosas. Pienso luego existo, decía Descartes. ¡Tenemos mente para razonar…!

-Si; pero yo diría mas bien: “Pienso demasiado, luego sufro”. Eso es lo que te sucede a ti.

-Y ¿que me dices de ti? ¿Cuando fue la ultima vez que reiste?

-¿A que viene eso?

-Quiero decir que ya que estamos aqui, ¿porque no vivir con un poco más de esperanza y no estar siempre tan pesimistas como tu?

-Una cosa es la actitud ante la vida y otra bien distinta es lo que uno piensa. No veo qué relación tiene lo uno con lo otro.

-Pues si la tiene. Tenemos que vivir, ¿no? Entonces, ¿Por qué no vivir con esperanza? Me da la impresión de que estas un poco amargado, y no deberías de estarlo: al final de la vida mira hacia atrás: todos iremos al mismo sitio, pero no es lo mismo una vida vivida con pesimismo y sufriendo, que una vida vivida con alegría y esperanza. El balance final es que yo habre vivido feliz y tu no. Y yo tengo esperanza y fe en el ser humano: es posible cambiar esto.

-Bien, ya lo decía aquel literato: “La esperanza, por lo general, es mala guía, pero es muy buena compañera de viaje”. ¿Adonde quieres ir a parar?

-A lo siguiente: querer es poder. Quizás la frase “cambiar el mundo” sea muy grandilocuente, pero no es ninguna entelequia. ¡Se puede! Ya lo dije antes: meditemos, interioricemos. Comencemos por cambiarnos a nosotros mismos, y de ahí a nuestro entorno. Poco a poco. Asi lo podremos conseguir. Esa es la idea.

-Y yo también te lo he dicho antes: muchos antes que tu lo intentaron. ¡Y empezaron por cambiarse a ellos mismos…! Jesucristo, Gandhi, Buda, etc., fueron grandes hombres, de rica espiritualidad, se cambiaron a ellos mismos y enseñaron a los demás un camino, pero…¡fracasaron intentando cambiar a su entorno…! Recuerda las diatribas que Jesucristo pronunció contra los fariseos: ¡Están de rabiosa actualidad! ¿Qué ha cambiado? ¿No vivimos en un mundo hipócrita, lleno de sepulcros blanqueados?

-Quizás ello se deba a la pasividad de hombres como tu. Creo que no eres feliz, ¿sabes? Tu piensas que nada se puede hacer, el derrotismo se ha instalado definitivamente en ti y has perdido la fe. Es una pena. Dices que nada podemos hacer: ¡vivamos entonces en la sociedad de los monos y de los gorilas! ¡Ellos sí que no pueden cambiar nada! ¿Es eso lo que quieres?

-Yo no he inventado nada, amigo. Solo digo lo que veo: observo la realidad tal cual es, no como tu quisieras que fuera.

-Pero te limitas a aceptar el actual estado de cosas con una actitud derrotista, inerme, con una pasividad incalificable… ¡tu actitud es casi ofensiva…!

-La realidad, a veces, es tan asquerosamente ofensiva…

-Pues yo te digo que, además, esa lucha por mejorar el mundo o por intentar cambiarlo o ayudar a cambiarlo no solo es posible, sino deseable, y es hasta obligatorio intentarlo. ¡En muchas ocasiones es un imperativo ético…!

-Cálmate. ¿De que estás hablando? ¿Un imperativo ético?

-Si. Hay muchas causas por las que luchar. Por ejemplo, hay gente que muere diariamente de hambre en el mundo, y el caso es que existen los medios suficientes como para darles de comer a todos. ¿No consideras injusto que en pleno siglo XXI haya gente que muera de inanición o de enfermedades que podrían facilísimamente erradicarse con los medios que el primer mundo tiene? ¡Dos millones de niños mueren de enfermedades que podrían evitarse, simplemente, con un mosquitero…! ¿No te arden las entrañas de ira e indignación al pensar en eso? ¡Es intolerable!

-Reconozco que es lamentable, pero siempre han sucedido estas cosas.

-Entonces con tu silencio te conviertes en cómplice de ello. Y además un cómplice egoísta, pues solo te preocupas por ti. Para luchar por los demás hay que amarlos: ¿los amas tu? Lo dudo, y perdóname si ahora el brutalmente sincero soy yo. Además: ¿Por qué tiene que morir de hambre un niño con dos años de edad, cuando ese niño tiene absolutamente los mismos derechos, te lo repito, absolutamente los mismos derechos que tu o que yo? ¿Por un simple accidente geográfico como nacer en uno o en otro sitio? ¡Me niego a aceptarlo!

-Tu y yo solo somos dos.

-Pero si todo el mundo se concienciara, meditara y se diera cuenta de que ¡despues de 60 años…! hay una Carta de Derechos Humanos por los que luchar, si abandonara por un momento su cómodo vivir del primer mundo y se negara a aceptar este estado de cosas, tomando el firme compromiso de difundir esta lucha por los desfavorecidos, no seriamos dos, sino muchos. Se trata de tener un firme compromiso y de hacer todo lo posible por difundir la idea.

-¿Y como lo vas a hacer?

-Lo más importante es empezar difundiendo la idea por todos los medios posibles. Es un largo proceso: la difusión y la concienciación, y la meditación personal.

-Muy loable: pero no todo es tan sencillo: encontrarás muchos problemas. Es mucho más complejo. Mira la política y la economía internacionales: contempla a las grandes potencias y toma nota de sus oscuros juegos de intereses políticos, económicos, geoestratégicos…mira a esos países tirando cosechas enteras de cereales solo para que suba el precio, o creando alarmas sanitarias injustificadas o realizando mil y una maniobras solo para ganar dinero. ¡Abre los ojos al mundo…! La economía de mercado en la que vivimos es la que es.

-Los tengo bien abiertos, y las ideas muy claras, y por eso te digo: ¡Nadie tiene más derecho que nadie…!

-No me lo digas a mi: díselo a los políticos.

-¿Y tu que harás? ¿No nos ayudaras? ¡No es lo mismo una voz gritando contra la injusticia, que cien millones de voces gritando…! Toda ayuda será poca.

-¿Y qué harás tu?

-Muchos dejan el mundo exactamente igual que lo encontraron cuando vinieron aquí: yo, por el contrario, trataré de dejarlo mejor de lo que me lo encontré. “Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven asi porque no nos atrevimos a luchar”. Lo dijo Gandhi. Yo también lo haré asi. ¿Quién le iba a decir a él que conseguiría la independencia de La India? ¡Pues lo consiguió! Tuvo fe en su causa y lo hizo, le ganó el pulso a la todopoderosa Gran Bretaña. Yo tengo fe en mi causa. Recuerda que no es lo mismo a una persona con fe en su objetivo, que a cien millones de personas con esa misma fe: ¡es posible el cambio! Y solo es derrotado el que se decide a luchar; pero en estos casos, como decía Cervantes, el soldado más bien parece muerto en la batalla que vivo en la fuga.

-Suerte, pues.

jueves, 13 de agosto de 2009

NIÑ@S EXPLOTAD@S : "MUAI THAI"


Nadie ignora la explotación brutal a la que se somete a los niños en distintos lugares del Mundo. En la noche del 10, casi de madrugada, vi un documental de Jon Sistiaga en Cuatro que me impactó. Aquí os lo dejo. No dejéis de ver los vídeos.

¿A cuántos Niños en el Mundo se les está robando la Infancia?,...y, sobre todo, ¿hasta cuándo?


Jon Sistiaga: Niños, guerreros...


Jon Sistiaga viaja hasta Tailandia para hablarnos de explotación infantil de millares de niños obligados por sus padres a pelear en combates de boxeo tailandes.

Oak vive en una chabola de las afueras de Bangkok, tiene seis años, no es mal estudiante, hace deporte todas las tardes en un gimnasio, y un par de veces al mes le parte la cara a otro niño sobre un ring de boxeo por una bolsa de 15 euros...

Cada año, 20.000 críos tailandeses de seis, siete u ocho años, se suben a un cuadrilátero de Muai Thai, el deporte nacional, un tipo de lucha en la que se puede golpear con puños, codos, rodillas y pies.

Cada año, cientos de estos niños ingresan en centros hospitalarios con comas cerebrales o magulladuras por todo el cuerpo.

Organizaciones de derechos humanos han conseguido que el gobierno de Tailandia eleve a los 15 años la edad mínima a la que un niño puede empezar a pelear, pero este reportaje de Cuatro demuestra que en el interior del país, en las fiestas de los pueblos, no se es tan escrupuloso con la legalidad.

La cámara de Jon Sistiaga nos enseña cómo las mafias de las apuestas utilizan críos cada vez más jóvenes, para aumentar así el margen de sus ganancias.
Cómo entrenadores sin escrúpulos aceptan que sus pupilos sean machacados por niños más mayores o más fuertes, con tal de no perder el dinero de esa velada.
Cómo muchos padres gritan y animan enardecidos durante la pelea para que sus hijos noqueen al contrario, porque esa victoria supone la mitad de su salario mensual.
Niños que hablan de "pulverizar al enemigo", que se concentran para conseguir dar el golpe seco que desnuque al otro crío, que solo piensan en llegar a las grandes competiciones nacionales y ser una gran figura del "Muai Thai".
Sólo uno de cada mil peleará en los grandes estadios y se hará rico, pero el sueño de muchas familias de desheredados en Tailandia es tener un campeón en la familia que les saque de pobres...



Publicado por SELMA

lunes, 10 de agosto de 2009

LOS ÀNGELES DE LA GUARDA EXISTEN

Queridos amigos:
He leìdo ayer en prensa el artìculo que transcribo a continuaciòn.
Me ha parecido conveniente traerlo hasta aquì para compartirlo con todos ustedes.

Reciban un abrazo de Antonio Aguilera

Los ángeles de la guarda existen, por:
ROSA MONTERO 09/08/2009

Soy bastante cobarde ante el peligro físico, y quizá por eso profeso una sobrecogida y apasionada admiración por los seres heroicos capaces de arriesgar la vida por una causa justa. Cada vez que alguna de estas personas es abatida por sus enemigos, como ahora ha sucedido con Natalia Estemírova (en la fotografía) en Chechenia, siento un duelo personal, como si me hubieran matado a alguien cercano. Y en realidad es así, porque, aunque yo ni siquiera conocía la existencia de Natalia hasta que supe de su asesinato, las Estemírovas y Politkóvskayas y demás personas formidables y anónimas son los guardianes del planeta, es decir, son los verdaderos ángeles de la guarda, seres hermosos que trabajan incesantemente desde lo invisible para protegernos del horror y la negrura, para defender la vida y los valores éticos. ¿Cómo no vamos a sentirlos próximos? Gracias a su constante sacrificio, el mundo es un lugar un poco menos aterrador.

“Se necesita mucho más coraje para vivir asumiendo el riesgo que para morir"
Muchos de estos pacíficos guerreros mueren violentamente, pero hay muchísimos más que salen victoriosos del combate. Por cierto que eso, sobrevivir, no resta ni un ápice de la grandeza de sus batallas, porque, en definitiva, el momento de la muerte es sólo eso, un momento, un tiempo breve y pasivo de terror puro; pero para mantenerse día tras día en la lucha, en la denuncia del corrupto y del criminal, hace falta un valor descomunal y una asombrosa perseverancia en ese valor. Siempre he pensado que se necesita mucho más coraje para vivir asumiendo el riesgo que para morir. La verdadera heroicidad es tragarse el miedo todos días y que ese bolo amargo no te calle la boca.

Como es natural, uno no nace héroe, y, además, estoy segura de que ninguno de ellos quiso verse situado en ese lugar desapacible y peligroso. Por lo general, uno se va metiendo en el compromiso de la lucha inadvertidamente, paso a paso, poco a poco, tomando 100 pequeñas decisiones moralmente correctas, pero poco convenientes para tu bienestar. ¿Qué hace que, frente a una misma situación de abuso y dolor, sólo una persona entre 100.000 termine asumiendo un compromiso que puede ser mortal? En primer lugar, sin duda se trata de gente con gran capacidad de empatía, individuos que se conmueven con el dolor del otro; además, deben de ser tipos activos, responsables, de fuertes principios éticos; por último, probablemente son esa clase de personas que, desde pequeñas, acostumbran a cuidar de los demás. Pero todo esto no serviría de nada si, además, no tuvieran un temple especial, la serenidad, la fortaleza psíquica, el valor para aguantar el miedo. Estoy segura de que hay muchos hombres y mujeres que, teniendo todas las características anteriores, abandonan la batalla porque los rompe el pánico.

Y aquí estamos los demás, en deuda con todos estos ángeles. Recuerdo a Taslima Rasrin, por ejemplo, la escritora bengalí que tuvo que exiliarse de su país perseguida por una fatwa por sus valientes críticas al machismo y al fanatismo religioso. La entrevisté en un hotel de Suecia, escondida y protegida por policías, y aunque se mostraba enormemente entera, el simple ruido de una puerta cercana que el aire cerró hizo que Taslima pegara un respingo y se quedara lívida. Eso es vivir martirizada por un miedo más que comprensible; y, sin embargo, Taslima ha seguido escribiendo, ha seguido denunciando, ha seguido luchando. Y también recuerdo a la mexicana Lydia Cacho, espléndida guerrera contra las mafias de pederastas de su país. Hay muchas, muchísimas mujeres heroicas. Y luego hablan del sexo débil.
También hay hombres, desde luego. Como el misionero español Chema Caballero, que, desde 1999, dirige en Sierra Leona el mejor centro de rehabilitación para niños soldado que hay en toda África, y que actualmente es el testigo principal contra ese carnicero llamado Taylor, el señor de la guerra responsable de los niños mutilados a machetazos y de tantas otras monstruosidades que han sucedido en aquel rincón del mundo. Hace falta un asombroso coraje para aguantar allí, como Chema lo hace, en el ombligo mismo del horror.

Hay otros héroes, en fin, que no combaten contra los torturadores y los verdugos, sino contra su propio instinto de supervivencia. Como el doctor ugandés Matthew Lukwiya, que, a la cabeza del hospital Saint Mary, al norte de Uganda, combatió la última epidemia del feroz ébola, esa terrible y muy contagiosa enfermedad que mata por medio de grandes hemorragias, con los agonizantes sangrando por todos los poros de su cuerpo. Durante los tres meses que duró la epidemia, 12 sanitarios del hospital murieron contagiados (otros héroes); y el último en enfermar fue el propio Matthew. El médico también padeció esa muerte atroz, como sin duda sospechaba que pasaría; pero su esfuerzo contuvo y acabó con la epidemia, salvando así miles de vidas.
Todo esto sucedió en el año 2000 y hoy casi nadie se acuerda de él fuera de Uganda. Por eso a mí me gusta mencionarlo. Es mi pequeña manera de agradecer la inmensa generosidad de todos estos ángeles de la guarda.

sábado, 1 de agosto de 2009

!!! Eta, dejanos en Paz !!!



MAÑANA 1 DE AGOSTO convoco a todos los bloggers a que participen en una ACCIÓN GLOBAL CONTRA ETA, la banda terrorista que actúa en España desde hace 50 años, ha matado a más de 820 personas y ha dejado miles de heridos y mutilados. La mejor forma de decir NO A ETA es hacer una única entrada, post o anotación sin palabras y sin imágenes. Que tenga sólo un título contra la banda asesina. Una entrada en silencio, completamente en blanco, como absoluto rechazo a la violencia terrorista y como señal de profundo respeto hacia todas las víctimas del terrorismo.